La emoción, la motivación y la atención en el ámbito educativo. ¿Metodologías tradicionales o metodologías activas? 

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María Trigueros Ramos

Desde hace unos años, nuestra legislación estatal y autonómica, en materia de educación, nos habla de la implementación de metodologías activas en las diferentes etapas del sistema educativo español. De hecho, en la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (Texto consolidado 08-06-2024) en su Título Preliminar, Capítulo I “Principios y fines de la educación”, en su Artículo 1, se establecen los principios que rigen dicha Ley. El “Principio del esfuerzo” y el “Principio de un compromiso decidido con los objetivos educativos planteados por la Unión Europea para los próximos años”, nos aclaran que los/as docentes y los centros educativos deberán ofrecer entornos de aprendizaje ricos, motivadores y exigentes. En el apartado N, además, nos habla del fomento y la promoción de la investigación, la experimentación y la innovación educativa por parte del profesorado.  

Por tanto, este artículo tiene como objetivo aclarar términos como la atención, la motivación y la emoción en el proceso de aprendizaje y hacer extensivo las conclusiones a las que han llegado muchas de las investigaciones en el ámbito de la Neuroeducación. 

Si establecemos el concepto de contextos de aprendizajes motivantes, ya estamos hablando de un proceso cognitivo, la motivación, que la Neurociencia ha estado investigando para el ámbito educativo, junto a otros procesos objeto de estudio de este artículo, como son la atención y la emoción, todos íntimamente relacionados. Mora (2020) afirmaba que “sólo se puede aprender aquello que se ama. Sin curiosidad, no hay aprendizaje”.  

En los métodos tradicionales “la repetición” es uno de los procesos más frecuentes utilizados en el proceso de aprendizaje. A nivel neuronal, para que se produzca las sinapsis químicas, se deben liberar neurotransmisores a través de diferentes vías como las vías colinérgicas (acetilcolina), las vías noradrenérgicas (noradrenalina), las vías serotoninérgicas (serotonina) y las vías dopaminérgicas (dopamina). Por ejemplo, las vías serotoninérgicas controlan la felicidad y las vías dopaminérgicas controlan aspectos como el placer y la motivación. Por otro lado, la capacidad de modificar la eficiencia de la transferencia de la información entre neuronas, se denomina “plasticidad sináptica”. La plasticidad sináptica provoca cambios físicos en las neuronas y, a su vez, se potencian las conexiones entre neuronas y mejoran la fuerza de conexión entre redes neuronales relacionadas entre sí. Así, se explica que el proceso de repetición sea clave para el proceso de aprendizaje pero, si tenemos en cuenta las demás vías, se podría deducir que no es la única forma de adquirir aprendizajes [Universidad Isabel I, [Ui3], 2020, p. 14]. 

Comenzamos hablando de las emociones en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El sistema límbico (emocional) es una región cerebral que está formada por una serie de estructuras complejas que se ubican alrededor del tálamo y debajo de la corteza cerebral. Es el responsable principal de la vida afectiva y de la formación de memoria. Actualmente, diversas investigaciones han mostrado que el sistema límbico está involucrado en el control de la emoción, las motivaciones, la conducta, la iniciativa, el mantenimiento o supervivencia del individuo o de la especie, la memoria y el aprendizaje (Saavedra et al. 2015). Estos investigadores concluyeron afirmando que el conjunto del sistema límbico, la amígdala, el hipocampo y la neocorteza son regiones conectadas con el sistema cerebral frontal basal colinérgico y que está estrechamente relacionado con funciones cognitivas como el aprendizaje y la memoria. Elizondo et al. (2017) destacan, en su investigación, la importancia de la emoción en el aprendizaje y, también, concluyen que la práctica docente debe mejorar y evolucionar mediante la incorporación de metodologías más eficientes y participativas. Metodologías que activen el sistema límbico y, a su vez, condicionen al proceso de aprendizaje hacia las experiencias emocionales positivas, ya que, son las que permanecerán en el tiempo. En su estudio, Smith y Kosslyn (2007) relacionaron los estímulos y las emociones (condicionamiento) mostrando, así, el papel que juega las emociones y sus tipos en el proceso de aprendizaje. Aclararon que, si la emoción es positiva, ese aprendizaje adquirirá un significado emocional positivo y sería más fácil de recordar por ser sólido, activando las vías serotoninérgicas y dopaminérgicas. El proceso a la inversa, también se puede dar, es decir, si el aprendizaje se relaciona con una emoción negativa sería más difícil de recuperar de la memoria. Al igual que Willard y Duffrin (2003) mostraron que las metodologías activas aumentan los índices de satisfacción entre los estudiantes por lo que las emociones positivas que generan la aplicación de dichas metodologías podrían generar aprendizajes más consolidados y, además, el proceso de recuperación de los conocimientos de la memoria se vería beneficiado. 

Para asegurar la adquisición del aprendizaje, además de la emoción, también es esencial el interés y la motivación. El término motivación sería el conjunto de fuerzas que actúan sobre o dentro de un organismo para iniciar, mantener o detener, y dirigir su conducta con un determinado grado de intensidad o energía (Bisquerra et al., 2015, p. 156). Las emociones son menos positivas a medida que se pasa de la motivación intrínseca hacia la desmotivación total. Por tanto, elementos como el estilo de enseñanza del docente, tipo de tareas, la activación de emociones positivas, la necesidad de autonomía en la realización de las tareas pueden ser factores condicionantes del nivel de activación de la motivación [Universidad Isabel I, [Ui4], 2020, p. 8]. Martínez et al. (2021) recogen varios de los estudios que demostraría la activación de todas las vías mencionadas con anterioridad con el uso de las metodologías activas. Destacaron el papel que juegan éstas en el proceso de aprendizaje para convertirlo en una experiencia motivante y positiva. Al igual que Liu Wang et al. (2009) concluyeron en su estudio que la actitud en el proceso de enseñanza-aprendizaje es más positiva entre los estudiantes, si se aplica estas metodologías participativas. Rodríguez-Sandoval et al. (2010) llegaron a la conclusión que las metodologías activas están relacionadas con la mejora del rendimiento académico.  

Por último, se debería tener en cuenta, uno de los procesos cognitivos más necesario durante el proceso de enseñanza- aprendizaje como es la atención. Por ello. es importante conocer los procesos implicados en la atención y la evolución de la misma de la etapa de educación infantil hasta la edad adulta. La atención es aquel proceso cognitivo que permite seleccionar la información relevante con el fin de llevar a cabo el procesamiento posterior de dicha información, mientras que la información menos relevante sería desatendida. Para esto se requiere de un estado de alerta y un arousal (activación fisiológica) adecuados [Universidad Isabel I, [Ui1], 2020, p. 4]. Hay que destacar que, la atención no es un proceso con una evolución igual en todas las edades. Comenzamos desarrollando la atención selectiva a partir de los dos años y se completa a los ocho años. Una persona podrá estar atenta, si el estímulo es atractivo porque en la orientación automática es un proceso en el que se involucran las regiones posteriores, cuya maduración es temprana. La orientación voluntaria está a cargo de las regiones anteriores del cerebro y su maduración es más tardía que la automática [Universidad Isabel I, [Ui4], 2020, p. 9]. Rueda et al. (2016) destacan el papel de la atención y la capacidad de autorregulación en el proceso de aprendizaje escolar. Afirmaron que hay que optimizar el desarrollo de la atención de los alumnos y alumnas en edad escolar porque las dificultades de la atención es una de las causas principales de fracaso escolar. Yang et al. (2016) llegaron a la conclusión que la atención alternante que, es aquella que nos permite cambiar el foco de atención de una tarea a otra de forma fluida, es fundamental en el procesamiento de la información de tipo audiovisual y que este tipo de información está muy presente en el aula de Educación Primaria. Sin embargo, hay que destacar que este tipo de atención está relacionada con el proceso de mielinización (véase figura 1) y el desarrollo de la corteza frontal y que ambos no finalizan su desarrollo hasta la edad adulta [Universidad Isabel I, [Ui4], 2020, p. 6]. 

Figura 1. 

Nota. Fuente Universidad Isabel I, [Ui4], 2020, p. 6. 

Thillay et al. (2015) llevaron a cabo una investigación en la cual se midió la ejecución de tareas en adolescentes y adultos donde hubo diferencias en la realización de las tareas de atención sostenida. Por lo que se podría apoyar la hipótesis de que este tipo de atención se desarrolla más tarde, en la edad adulta, junto con la maduración de lóbulo frontal. 

Por todo ello, si analizamos los datos anteriormente expuestos, podríamos concluir con que el uso de las metodologías activas favorecería el proceso de desarrollo natural de la atención del alumnado. La atención sostenida que, es la que predominaría en la metodología tradicional de una clase magistral expositiva del docente, se desarrollará completamente en la edad adulta debido a que el lóbulo frontal es de los últimos en madurar. Por otro lado, un alumno o alumna 

podría estar atento si el estímulo es atractivo porque la atención de orientación automática es un proceso en el que se involucran las regiones posteriores cuya maduración es más temprana (ocho años). 

En definitiva, es necesario destacar lo que Imaz (2015) cuestiona que es todo el fundamento de la memorización pasiva. Defiende la necesidad de fomentar un aprendizaje activo que, aplicado a contextos educativos actuales, pretende que el discente aprenda a aprender desde la acción.

Referencias bibliográficas.  

  • Bisquerra, R., Pérez, J. C. y García, E. (2015). Inteligencia emocional en educación. Síntesis. 
  • Elizondo, A., Rodríguez, V. y Rodríguez, I. (2018). La importancia de la emoción en el aprendizaje. Revista de Didácticas Específicas, 19, 37-42. 

http://dx.doi.org/10.15366/didacticas2018.19.003

  • Imaz, J. I. (2015). Aprendizaje Basado en Proyectos en los grados de Pedagogía y Educación Social: “¿Cómo ha cambiado tu ciudad?”. Revista Complutense de Educación 26 (3), 679-696. 
  • Ley Orgánica 2/2006, del 3 de mayo, de Educación (Texto consolidado 08-06-2024). BOE núm. 340 § 17264 (2021). 
  • Liu, W. C., Wang, C. K. J., Tan, O. S., Koh, C. y Ee, J. (2009). A self-determination approach to understanding students’ motivation in project work. Learning and Individual Differences, 19 (1), 139-145. https://doi.org/10.1016/j.lindif.2008.07.002
  • Martínez, M., Yániz, C. y Villardón, L (2021). Aplicación de un análisis de importancia y realización de competencias pedagógicas de identificación de prioridades en la formación docente. Universidad de Deusto. DOI: 10.4438/1988-592X-RE-2021-393-487 
  • Mora, F. (2020). Neuroeducación. Solo se puede prender aquello que se ama. Alianza editorial. 
  • Rodríguez-Sandoval, E., Vargas-Solano É. M. y Luna-Cortés, J. (2010). Evaluación de la estrategia, “Aprendizaje basado en proyectos”. Educación y educadores, 13(1), 13- 

25. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3256380

  • Rueda, R., Conejero, A. y Guerra, S. Educar la atención desde la neurociencia. Pensamiento educativo. Revista de investigación de educación latinoamericana 53(1), 1-16. https://doi.org/10.7764/PEL.53.1.2016.3 
  • Thillay, A., Roux, S., Gissot, U., Carteau-Martin, I., Knight, R., Bonnet, F. y Bidet, A. (2015). Atención sostenida y predicción: trayectorias distintas de maduración cerebral durante la adolescencia 9. Hum.Neurosci.  
  • Saavedra J., Díaz W., Zúñiga L., Navia C. y Zamora T. (2015). Correlación funcional del sistema límbico con la emoción, el aprendizaje y la memoria. Morfolia 7 (2), 29- 

44.  

Smith, E.E. y Kosslyn, S.M. (2007). Cognitive psychology. Mind and Brain.  

  • Universidad Isabel I. (2020). Unidad Didáctica 3: Bases biológicas necesarias en el proceso de aprendizaje. En Bases del neurodesarrollo: neurociencia cognitiva y neuroeducación. [Material no publicado]. 
  • Universidad Isabel I. (2021). Unidad Didáctica 1: Atención y memoria. En Procesos de emoción, motivación y creatividad aplicados a contextos de aprendizaje. [Material no publicado]. 
  • Universidad Isabel I. (2021). Unidad Didáctica 4: Motivación y creatividad en educación. En Procesos de emoción, motivación y creatividad aplicados a contextos de aprendizaje. [Material no publicado]. 

Yang, W., Ren, Y., Yang, D. O., Yuan, X. y Wu, J. (2016). The influence of selective and divided attention on audiovisual integration in children. Perception, 45(5), 515- 526. https://doi.org/10.1177/0301006616629025  

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